Dentro de la extensa agenda de la Feria Internacional del Libro Guayaquil 2023, se dio un evento llamado “Coloquio sobre el libro Pedagogía de la Denuncia: las experiencias de sus lectores en el aula”. Se trataba de un encuentro entre los lectores del libro y el autor, no obstante, el texto fue una excusa para que se congregue el Colectivo Freinet, un movimiento político-pedagógico nacido desde lo que fue el Colegio Celestin Freinet, lugar donde se originó una praxis-teoría educativa ecuatoriana y latinoamericana denominada Pedagogía Williams, que a paso lento viene difundiéndose mundialmente.
Esta afirmación no es exagerada, pues se mostraron datos que para muchos fueron inesperados, como el que algunos de los artículos publicados sobre el tema han alcanzado más de 160,000 descargas desde más de 100 países, a las que se suman las dos reseñas del libro en sendas revistas académicas sudamericanas. El número de docentes entusiastas que aplican este método sigue aumentando, censando a 5 docentes universitarios y 4 de colegios fiscales, a parte de las muchas referencias bibliográficas de tesistas de licenciatura, maestría y doctorado. Una información curiosa fue la existencia de distintos programas de formación cuyas planificaciones incluyen el estudio de esta teoría, por ejemplo las de dos maestrías en educación, una de la Universidad Técnica de Manabí y la otra de la PUCE; y adicionalmente la impartición de un curso de verano sobre la Pedagogía Williams en el 2022 por parte de la Universidad Campesina Indígena en Red de la ciudad de Puebla, México. También se informó sobre tres investigaciones realizadas, dos a cargo de la Universidad Casa Grande y otra de la FLACSO. Pero la cerecita del pastel fue la noticia de un proyecto auspiciado por la FLACSO sobre la difusión de este sistema mediante su aplicación en 9 colegios localizados en sectores vulnerables de Guayaquil y Durán. La reunión no terminó en la presentación de datos y estadísticas, también fue un espacio de reflexión y propuestas generadas inicialmente por los panelistas Sonia Venegas, Eduardo Ramírez y Eduardo Molina, pero potenciadas por el público.
Panelistas: Eduardo Molina, Sonia Venegas y Eduardo RamírezUna reflexión surgió desde el concepto proveniente del estudio de la relación entre la escuela y los movimientos sociales, que planteado por el teórico uruguayo Raúl Zibechi, sostiene que se debe educar para los movimientos, en los movimientos y en movimiento. Este principio fue siempre ejercido por el Colegio Freinet por cuanto orientaba su labor a la formación de cuadros que alimenten a los distintos movimientos sociales. Mucho de este trabajo pedagógico se desplegó dentro de otros sectores sociales que luchaban por determinadas causas. El hecho de hacer una educación revolucionaria configuró al colegio como un movimiento social propiamente que se manifestaba como modelo alternativo para la educación ecuatoriana. Sin embargo, la información presentada en el coloquio fácilmente calaba como un ingrediente más de la difusión de la Pedagogía Williams. Es decir, a falta del desaparecido colegio, algunos de sus exalumnos o exmaestros continuaron con sus proyectos de vida estudiando algún posgrado cuyas tesis versaban sobre la referida pedagogía, o se adhirieron a universidades desde las cuales siguen investigando. Lo interesante es que estos productos escritos sirven primero a muchas personas que hacen investigación educativa inicial o avanzada; segundo, la universidad se ve beneficiada de que tales estudios se lleven dentro de sus dominios para cumplir con estándares; y tercero, la producción literaria fortalece a la misma teoría educativa. En síntesis, el denominado Colectivo Freinet ha sumado a su esencia una nueva faceta que lo rebautiza como un movimiento político-pedagógico-investigativo.
Desde esta perspectiva, aunque no se haya logrado todavía que alguna universidad embandere a la Pedagogía Williams como una línea de investigación, no ha sido impedimento para su desarrollo. O sea, existe una línea de investigación científica educativa a cargo de un movimiento social, mas no de la academia. El trabajo pedagógico-investigativo debe continuar hasta consumar una conquista política para irradiarse con mayor fuerza.