miércoles, 4 de diciembre de 2013

LA INTERPELACIÓN DE LA MATEMÁTICA PRECOLOMBINA A LA ANHELADA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO



El encuentro entre los indios Navajo de Nuevo México y Albert Einstein se considera histórico porque representó la convergencia de dos tipos de interpretación del mundo. Mientras que los Navajos eran relativistas naturales desde hacía siglos, Einstein llegó a la misma conclusión desde la ciencia del siglo XX. En eso radica la diferencia entre una cosmovisión y una cosmología, mientras que la primera es una concepción del mundo desde lo intuitivo, perceptivo y emocional, la segunda lo es desde la lógica, lo racional, lo cognitivo.

Muchas personas desconocen que existe más de una matemática, por ejemplo, mientras que para la geometría euclidiana las paralelas nunca se unen, la geometría no euclidiana postula que sí es posible. Comprender estos conceptos demanda de una gran plasticidad cognitiva, y estas experiencias ponen en evidencia la formación escolar de los estudiantes. Investigaciones sugieren que muchos universitarios competentes en la matemática de un currículo oficial, muestran dificultades para la comprensión de conceptos de mayor nivel, generando conflictos tanto en su rendimiento académico como en su actitud, incluso algunos abandonan su carrera por esta razón. Basado en esto, más que el aprendizaje de una única matemática, sería más conveniente desarrollar la plasticidad del pensamiento lógico para comprender todas las matemáticas.

El etnomatemático ecuatoriano Marcos Guerrero Ureña desarrolló una ciencia llamada Geometría Fractal, la cual se fundamenta en la cosmovisión andina. Los precolombinos fundadores de esta matemática, en la cual 1+1=4, ya conocían la serie de Fibonacci antes de la llegada de los colonizadores. Dado que este saber se deriva de una cosmovisión, su estudio se aborda inductivamente, desde lo intuitivo, desde una matemática natural y asequible para el inconsciente colectivo de nosotros los del Sur. Este sapiencia se contrapone a las matemáticas occidentales, que se abordan deductivamente y son extremadamente lógicas.

Si el deseo del Ecuador es convertirse en una sociedad del conocimiento, en donde la invención e innovación son requisitos sine qua non, necesita un sistema educativo que promueva la capacidad de asombro, imaginación, creatividad e indagación. Estas cualidades están más relacionadas con la esfera afectiva, y una formación como la que se intenta proponer, subordinaría lo cognitivo a lo afectivo, cuestión que desafía a la aplicación práctica del currículo vigente. En este sentido, una matemática natural estaría mejor posicionada para conseguir estos fines que una matemática racionalista; además, sería más coherente con el Sumak Kawsay. Complementariamente, investigaciones psicológicas muestran que aunque existe una integración entre el pensar, sentir y actuar, el ser humano tiende a actuar más de acuerdo a sus emociones.  

Por lo expuesto, una educación basada en lo cognitivo creerá que el nivel creativo (afectivo) del alumno se alcanzará estudiando más libros. En cambio, una educación basada en lo afectivo pretenderá que la creatividad e imaginación posibilitará en los alumnos la búsqueda de información y conocimientos. Esta idea enfrenta paradigmas y enfoques educativos que deben ser debatidos a la luz de resultados de aprendizajes, experiencias pedagógicas significativas, e interpelando a la LOEI y al currículo vigente.




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